El Refugio de Verdes está situado Coristanca, en una zona de pequeños islotes y caídas de agua que fue convenientemente aprovechada para la construcción de molinos harineros, usando la fuerza del agua para mover todo el mecanismo. Pequeños puentes de madera, piedra o cemento unen todo el conjunto.
Además de la belleza tradicional de las construcciones, recuperadas en su mayoría con gusto, está también la propia belleza del lugar, distinta e igualmente arrebatadora en cualquier época del año, gracias a los robles que cubren toda la zona.